Tener un matrimonio nulo se convierte en una prioridad para muchas parejas que rompen su relación. Como ya decíamos en el capítulo uno, probar los hechos es determinante para que un abogado logre la nulidad eclesiástica para sus clientes. Avanzando en los diferentes casos en los que se otorga la nulidad nos encontramos con la simulación de matrimonio.
¿Qué es una simulación de matrimonio?
¿Qué es una simulación de matrimonio y cómo afecta a una posible nulidad? La simulación de matrimonio puede darse en dos formas distintas. La primera de ella de forma parcial, es decir, solo afecta a algunos de los compromisos o afirmaciones que conlleva la decisión. La segunda, la simulación total, pone de manifiesto una disconformidad plena con la celebración del matrimonio.
En el caso de las simulaciones parciales de matrimonio una de las partes de la pareja oculta, de forma consciente, la existencia de alguna cualidad o propiedad. Entre estas circunstancias, encontramos los casos que afectan a la fidelidad o a la descendencia. Uno de los grandes problemas que derivan de las parejas que se rompen, es la voluntad de hacer crecer sus familias. Para muchas personas tener hijos es una opción de vida a la que sólo están dispuestas a renunciar por motivos de salud. Ante esta circunstancia también nos encontramos con una condición clave, el momento en el que una de las dos partes sabe que no puede o quiere tener hijos. Si la imposibilidad de tenerlos es previa al matrimonio, y no se lo ha comunicado a la otra parte, estaremos ante un matrimonio nulo.
Hablar de simulación total comprende un rechazo pleno al matrimonio y a lo que se deriva de él. Suelen ser casos en los que no se cree en el sacramento, alguna de las partes no es creyente, o estamos ante un matrimonio de conveniencia, y por tanto no existe un vínculo real entre sus miembros.
Los casos de nulidad también pueden llegar de la mano de errores, en muchas ocasiones humanos, como por ejemplo, el casarse por error con la persona equivocada. Una situación muy rara, pero la picaresca puede dar lugar a circunstancias impensables como la de casarte con el hermano gemelo equivocado.
Situaciones de intimidación en el matrimonio nulo
La presión, y en algunos casos la violencia, intimidan a alguno de los miembros de la pareja llevándolos a contraer matrimonio de forma inadecuada. En ocasiones una de las partes pone condiciones para recibir el sacramento. Esta circunstancia no es admisible. Unirse en matrimonio con otra persona debe hacerse libremente y sin condiciones. La violencia y las amenazas son motivos probados para lograr la nulidad matrimonial.
Tomar una decisión, como la de unirse en matrimonio, bajo el sacramento celebrado por la Iglesia, conlleva una serie de compromisos. Cuando una ruptura llega y afloran los motivos de la misma, se nos abren dos caminos diferentes entre los que tendremos que elegir, el divorcio o la nulidad eclesiástica. El primero de ellos, más fácil y rápido, el segundo, necesitará de unas condiciones concretas. En cualquiera de los casos, necesitarás de un abogado especialista en temas de familia.
El Derecho Canónico requiere de un conocimiento pleno para poder hacer frente a una situación tan compleja como la disolución de una unión, que en su momento, al menos para una de las partes, fue concebida para toda la vida. El abogado, mejor que nadie sabrá aconsejar en este proceso, pero también en otros derivados de una separación, cuando a su vez existen hijos o bienes compartidos.
Si necesitas la opinión de un experto, no dudes en contarnos tu situación, te asesoraremos sobre tus posibilidades para que puedas elegir libremente el camino que quieres recorrer.