Las vacunas están muy extendidas en nuestra sociedad, y hasta hace un par de años, pocas eran las personas que se planteaban si vacunar o no a sus hijos. Aunque es cierto que siempre ha existido un porcentaje de la población, muy reducido, que no está de acuerdo con las vacunas.
Sin embargo la pandemia que estamos viviendo, y cómo nos estamos enfrentando a ella a diario, nos ha destapado un temor como padres, que hasta el momento muchos no tenían. La confianza en la ciencia y en la medicina, ha estado y sigue estando, pero la rapidez con la que hemos visto que se han desarrollado las nuevas vacunas nos han llenado de dudas. La aceleración de procesos, el recorte de los plazos y en gran parte la sobre información acerca de las vacunas, ha despertado nuevas reticencias.
Para todos los padres ha supuesto un diálogo la decisión de vacunar o no a sus hijos, pero para aquellos que están divorciados o separados, esta conversación resulta más difícil. En algunos casos cada progenitor defiende una postura diferente y es cuando llega la pregunta ¿Qué decisión gana?
Edad de los hijos
La edad de los hijos es una de las claves cuando es necesario tomar una decisión en el ámbito de la salud. Aunque la mayoría de edad en nuestro país está fijada en los dieciocho años, hay ciertas decisiones sobre las que un menor puede pronunciarse a partir de los dieciséis años.
Si los hijos tienen menos de dieciséis años, será necesario contar con la autorización de sus progenitores o tutores.
Las excepciones a esta situación las encontramos cuando el menor esté incapacitado intelectual o psicológicamente para tomar esta decisión.
Vacunas ante el Covid en hijos menores de 16 años
Como decíamos al inicio la vacuna contra el Covid ha disparado las discrepancias sobre la idoneidad o no de ponerla a los menores, o sobre el momento en el que hacerlo.
Cuando los padres están divorciados se añade la dificultad de llegar a un acuerdo, y ante esa situación ¿qué ocurre?
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que en España, la vacunación no es obligatoria, y por lo tanto existe la libertad de vacunarse o no. Es importante recalcar que no tener carácter de obligatoriedad no la hace desaconsejable, sino todo lo contrario. Se recomiendan las vacunas para la protección de la salud de toda la población y evitar así la propagación de enfermedades.
El primer consejo para aquel padre o madre que se encuentre en una situación de este tipo, es que acuda al convenio regulador que tiene establecido. En él podremos saber si se había llegado a un acuerdo sobre cómo actuar ante diferentes temas médicos, como es el caso de las vacunas.
En muchas ocasiones hemos aludido a la importancia de realizar con un abogado un buen convenio regulador que establezca cómo afrontar situaciones que puedan darse en el futuro, para que llegado el caso la toma decisión sea más rápida y fácil. Así mismo recordamos que el convenio puede ser modificado y adaptado a nuevas necesidades, siempre que ambas partes estén de acuerdo y que haya una base sólida en la petición de la modificación.
Si el convenio regulador no recoge nada al respecto y los progenitores siguen sin llegar a un acuerdo sobre las vacunas en sus hijos, la decisión será tomada por un juez. Este de forma previa escuchará a ambos padres y los motivos sobre los que sujetan sus posturas; valorará los beneficios y riesgos que puede suponer la vacuna para los menores; y además tendrá en cuenta el entorno en el que estos se encuentran y si existen convivientes de riesgo a los que pueda afectar la decisión de vacunarse o no.
Ante estas situaciones complejas, nuestro consejo es acudir siempre a un abogado experto que guíe durante todo el proceso y te ayude a tomar las decisiones que se requieran en cada momento. Si estás en una situación como esta, ponte en contacto con nosotros sin compromiso y te ayudaremos.